Mañana domingo 29 de mayo:
EL CAMBIO ES EN PRIMERA
Mañana domingo 29 de mayo, votaré por Petro y Francia,
sin dudarlo. Porque nunca habíamos estado tan seguros de un cambio verdadero,
en nuestra dolorosa República que se encaminará desde mañana al “vivir sabroso”
y a sembrar el camino irreversible de una transformación social y política que
nos incluya a todos, que nos convierta a todos en constructores de país, que nos permita “ser
porque somos”, en una patria en la que quepamos todos, empezando a dejar atrás para siempre el país de la pobreza, de la discriminación racial, de la falta de oportunidades de vida, de las
masacres, de la corrupción, de los campesinos expulsados de sus tierras,
Mañana quedarán atrás las cínicas campañas del continuismo.
Los candidatos diferentes a Petro no han rebatido un solo concepto económico o político planteado por la campaña del Pacto
Histórico. Los contrarios se han
limitado a repetir frases en contra: que es castrochavista, que se perpetuará
en el poder, que expropiará a los colombianos, que es populista.. No rebaten
los argumentos ideológicos sino que irrumpen llenos de ruidos, insultos o
sarcasmos, sin ningún contenido. No hay
una propuesta ideológica, y menos de un presidente que además de no tener otro
rumbo que los contratos desmedidos, los viajes de sultán y la suspensión de la Ley de Garantías
en vísperas de elecciones, y otros desmanes que no se comparan siquiera con lo
que le atribuyen falsamente a Petro y Francia Márquez por convertirse en la dupla
ganadora de la Presidencia, con argumentos, con solidez, con demostración de
que desde adentro del pueblo está la salida inevitable a nuestra crisis, a
nuestra degradación, la que nos ha convertido en el país más violento de
América Latina, donde se pisotean todos los derechos, pero se premia con impunidad a
los verdaderos destructores del país que han sembrado corrupción y violencia
Ya Uribe dijo que le habían expropiado la dignidad, la
que él mismo se expropió, entre otros hechos por ser capaz de decirles a las
Madres de Soacha que sus hijos asesinados en las masacres de los falsos
positivos no andaban recogiendo café. A Francia quisieron humillarla con
ronquidos racistas. Luego se rieron de ella hace poco con el cuento de los
huevos alemanes. No entienden los racistas y supremacistas –algunos suyrgidos de
los mismos espacios de pobreza y segregación- el lenguaje de nuestra gente, el lenguaje
en el que se eliden palabras. Como los
huevos están tan caros (parece que) nos
llegan de Alemania… El paréntesis es
una típica forma de decir sin decirlo aquello que nos inquieta y debe quedar
indefinido. Pero entiendo que a mentes coloniales y colonizadas, embrutecidas
por el poder económico y político, por la figuración desmedida en redes
sociales que nos embrutecen más, no se les puede exigir que interpreten a un pueblo
con el que solo los une el desprecio por su color de piel, por su habla, por su
origen pobre (de dinero) sin entender sus grandes aportes, los que han enriquecido un país
gobernando por castas sordas, protagonistas
de las peores atrocidades y desmanes, pero intolerantes con el otro, con el que
ahora emerge de los pueblos asediados, de las destrucciones ecológicas, de las
tierras usurpadas, para decirle al país que aquí estamos, del lado de un
pueblo, para que no se repitan las infames manipulaciones de nuestras
conciencias, el saqueo del erario
público, las estampas de marionetas de un presidente que organiza comitivas de
viaje a la escala de los emperadores, de espaldas a los sufrimientos de unos
pueblos que siguen poniendo los muertos de esta guerra.
Esperemos que nada ocurra, que las sangrientas
amenazas no se conviertan en un motivo más para otra guerra civil que solo
beneficiaría a las castas de siempre, a los que de verdad quieren eternizarse
en el poder y no a un pueblo desangrado desde hace siglos en nombre de la
riqueza (malhabida por la explotación y la expropiación de los campesinos y
obreros).
El láser que apuntó a la cabeza de Francia puede ser una amenaza simbólica, pero a la vez posible de convertirse en un hecho, por parte los desmadrados que han usufructuado el poder, peor que cualquier tirano de América, pero disfrazados en una falsa democracia que usurpa todos los recursos económicos, los contratos, los grupos armados protectores, las tierras y los puestos públicos. El láser en la cabeza de Francia es una vulgar jugarreta de supremacistas, los mismos que asoman alas manifestaciones con pistola en mano. Como volvieron insufrible la presencia de Petro en La Picota, sin recordar que otros lo han hecho, por causas diferentes... Para eso están los periodistas pagos. El poder es una manera de ser perdonado y disculpado. Ser negra y pobre, ser de oposición y exguerrillero no parece ser perdonable aunque grandes crímenes se hayan cometido (u ordenado) desde el poder cerrero de un Estado lleno de mentiras, de masacres, de robos y desprecios a su pueblo, por parte de gobernantes que llaman “sabandija” a un delincuente, en un lenguaje impropio, por más delincuente que sea el otro, que desprecia la sabiduría popular, que desprecia las luchas del otro por crear un país donde tenga cabida, sin ser llamado kimkong por faranduleros arribistas, ni castrochavistas por dictadores tercermundistas envueltos en falsos positivos, disfrazados de honorables prohombres.
Todo está en nuestras manos. Si esta vez no logramos
un Pacto por la paz, nos esperan muchos años de desprecio y pobreza, de guerra
y de masacres.
Señores de mentalidad esclavista: los pioneros de la
liberación fueron esclavizados rebeldes reunidos en palenques, cabildos y
cimarronajes, quienes marcaron las rutas de la libertad de América Latina. Reconozcan
el enorme papel cumplido por mujeres y hombres, obreros, campesinos, afros, indígenas...
Que viva la paz, la multiculturalidad, nuestro país, todo
lo que nos merecemos y por lo que debemos luchar día a día, especialmente a
partir de mañana, por nuestra “necesidad
vital de cambio”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario