sábado, 28 de mayo de 2022

 


Mañana domingo 29 de mayo:

EL CAMBIO ES EN PRIMERA

 

Mañana domingo 29 de mayo, votaré por Petro y Francia, sin dudarlo. Porque nunca habíamos estado tan seguros de un cambio verdadero, en nuestra dolorosa República que se encaminará desde mañana al “vivir sabroso” y a sembrar el camino irreversible de una transformación social y política que nos incluya a todos, que nos convierta a todos en  constructores de país, que nos permita “ser porque somos”, en una patria en la que quepamos todos, empezando a dejar atrás  para siempre el país de la pobreza, de la discriminación racial, de la falta de oportunidades de vida, de las masacres, de la corrupción, de los campesinos expulsados de sus tierras, 

 No será fácil, lo sabemos. Un país acostumbrado al estilo dictatorial de Uribe, a la inmadurez de un presidente Duque, capaz de tratar de sabandija a un ciudadano colombiano, así sea un condenado por crímenes, en un país  sumido en la pobreza de millones de hombres y mujeres,  donde la degradación del poder llega a tal punto que apuntarle con un láser a la candidata Francia Márquez, en plena manifestación en Bogotá, es solo una muestra de lo bajo en que ha caído nuestra dolorosa República. La más brutalizada de América, por cuenta de las castas que han detentado el poder político y económico durante muchas décadas, sin que muestren signos de humanización ni de respeto por un pueblo que ya merece la dignidad que ha perdido mediante la violencia y la denegación de sus derechos.

Mañana quedarán atrás las cínicas campañas del continuismo. Los candidatos diferentes a Petro no han rebatido un solo concepto económico o  político planteado por la campaña del Pacto Histórico. Los contrarios  se han limitado a repetir frases en contra: que es castrochavista, que se perpetuará en el poder, que expropiará a los colombianos, que es populista.. No rebaten los argumentos ideológicos sino que irrumpen llenos de ruidos, insultos o sarcasmos,  sin ningún contenido. No hay una propuesta ideológica, y menos de un presidente que además de no tener otro rumbo que los contratos desmedidos, los viajes  de sultán y la suspensión de la Ley de Garantías en vísperas de elecciones, y otros desmanes que no se comparan siquiera con lo que le atribuyen falsamente a Petro y Francia Márquez por convertirse en la dupla ganadora de la Presidencia, con argumentos, con solidez, con demostración de que desde adentro del pueblo está la salida inevitable a nuestra crisis, a nuestra degradación, la que nos ha convertido en el país más violento de América Latina,  donde se pisotean todos  los derechos, pero se premia con impunidad a los verdaderos destructores del país que han sembrado corrupción y violencia

Ya Uribe dijo que le habían expropiado la dignidad, la que él mismo se expropió, entre otros hechos por ser capaz de decirles a las Madres de Soacha que sus hijos asesinados en las masacres de los falsos positivos no andaban recogiendo café. A Francia quisieron humillarla con ronquidos racistas. Luego se rieron de ella hace poco con el cuento de los huevos alemanes. No entienden los racistas y supremacistas –algunos suyrgidos de los mismos espacios de pobreza y segregación- el lenguaje de nuestra gente, el lenguaje en el que se eliden palabras. Como los huevos están tan caros (parece que) nos llegan de Alemania  El paréntesis es una típica forma de decir sin decirlo aquello que nos inquieta y debe quedar indefinido. Pero entiendo que a mentes coloniales y colonizadas, embrutecidas por el poder económico y político, por la figuración desmedida en redes sociales que nos embrutecen más, no se les puede exigir que interpreten a un pueblo con el que solo los une el desprecio por su color de piel, por su habla, por su origen pobre (de dinero) sin entender sus grandes  aportes, los que han enriquecido un país gobernando por castas  sordas, protagonistas de las peores atrocidades y desmanes, pero intolerantes con el otro, con el que ahora emerge de los pueblos asediados, de las destrucciones ecológicas, de las tierras usurpadas, para decirle al país que aquí estamos, del lado de un pueblo, para que no se repitan las infames manipulaciones de nuestras conciencias,  el saqueo del erario público, las estampas de marionetas de un presidente que organiza comitivas de viaje a la escala de los emperadores, de espaldas a los sufrimientos de unos pueblos que siguen poniendo los muertos de esta guerra.

 

Esperemos que nada ocurra, que las sangrientas amenazas no se conviertan en un motivo más para otra guerra civil que solo beneficiaría a las castas de siempre, a los que de verdad quieren eternizarse en el poder y no a un pueblo desangrado desde hace siglos en nombre de la riqueza (malhabida por la explotación y la expropiación de los campesinos y obreros).




El láser que apuntó a la cabeza de Francia puede ser una  amenaza simbólica, pero a la vez posible de convertirse en un hecho, por parte  los desmadrados que han usufructuado el poder, peor que cualquier tirano de América, pero disfrazados en una falsa democracia que usurpa todos los recursos económicos, los contratos, los grupos armados protectores, las tierras y los puestos públicos. El láser en la cabeza de Francia es una vulgar jugarreta de supremacistas, los mismos que asoman alas manifestaciones con pistola en mano. Como volvieron insufrible la presencia de Petro en La Picota, sin recordar que otros lo han hecho, por causas diferentes... Para eso están los periodistas pagos. El poder es una manera de ser perdonado y disculpado. Ser negra y pobre, ser de oposición y exguerrillero no parece ser perdonable aunque grandes crímenes se hayan cometido (u ordenado) desde el poder cerrero de un Estado lleno de mentiras, de masacres, de robos y desprecios  a su pueblo, por parte de gobernantes que llaman “sabandija” a un delincuente, en un lenguaje impropio, por más delincuente que sea el otro, que desprecia la sabiduría popular, que desprecia las luchas del otro por crear un país donde tenga cabida, sin ser llamado kimkong por faranduleros arribistas, ni castrochavistas por dictadores tercermundistas envueltos en falsos positivos, disfrazados de honorables prohombres.

Todo está en nuestras manos. Si esta vez no logramos un Pacto por la paz, nos esperan muchos años de desprecio y pobreza, de guerra y de masacres.

Señores de mentalidad esclavista: los pioneros de la liberación fueron esclavizados rebeldes reunidos en palenques, cabildos y cimarronajes, quienes marcaron las rutas de la libertad de América Latina. Reconozcan el enorme papel cumplido por mujeres y hombres, obreros, campesinos, afros, indígenas...

Que viva la paz, la multiculturalidad, nuestro país, todo lo que nos merecemos y por lo que debemos luchar día a día, especialmente a partir de mañana, por nuestra  “necesidad vital de cambio”.