DE ISLA EN ISLA
DOS MOMENTOS DE CRISIS
1. BASURAS
Y POLÍTICA
Una de las sorprendentes avalanchas que se
dieron durante la crisis de las basuras en Bogotá DC, Colombia, fueron las producidas
en la prensa contra el alcalde Petro. Es cierto que hubo apresuramiento y falta de
planificación, es cierto que la ciudad estuvo al borde de un colapso sanitario,
pero el tono de la mayoría de las noticias dejaba entrever con claridad que muchos periodistas esperaban o,
mejor, querían que el plan de Petro
fracasara.
Critico la falta de planificación porque
Petro, como marxista, debió saber que ningún capitalista renuncia de manera
tranquila a sus privilegios económicos, llámense negocios, regalías, pensiones,
concesiones. Y lo lógico fue establecer con ellos un plan gradual de reducción del
monopolio sobre la recolección de las
basuras. Finalmente ellos en retaliación dejaron a Bogotá con enormes
cantidades de basura a última hora, con el objetivo expreso de que el plan de
Petro fracasara. Una jugada maestra, pero sencilla y previsible, que los tiene
de nuevo en la tabla de acreedores crónicos del Distrito, por algo más de
cuatro mil millones de pesos mensuales.
Hubo apresuramiento porque aún no se tenían
los mejores equipos para iniciar la recolección, frente al desafío que
significa la producción de basuras en una ciudad nuestra, así sea la capital de
la república. Hubo exceso de ingenuidad, igualmente, porque Petro lanzó un
decreto que nadie cumpliría de la noche a la mañana: obligaba a reciclar en la
fuente, pero cuando alguien está en contra de otro, sobre todo cuando los
enfrentamientos son políticos, nos olvidamos
incluso de que somos partidarios de la ecología, incluso a veces fanáticos
que armamos un sermón porque alguien arroja un papel a la calle. Fue un decreto
en falso, porque no estuvo precedido de una reeducación de una ciudadanía que
sigue dividida por la importación de los famosos carros recolectores.
Digo que se quería que Petro fracasara. Los
medios –hijos espurios del poder económico de nuestro país- nunca elogiaron la
intención de Petro de permitir que por medio de la recolección de la basura,
los recicladores tuvieran una participación destacada en la cadena de la basura,
sino que a cambio los monopolios tradicionales, que en realidad funcionan
apalancados por el poder político, continuarán usufructuando el enorme y a
veces maloliente negocio. Elogiable la intención en un país que proclama a
todos vientos que trabaja por la reducción de la pobreza, la desigualdad, la
inequidad y la discriminación. Basura verbal que no se traduce en un programa
objetivo sino que se presenta a retazos, en buenas intenciones, pero sin
permitir que el monopolio económico salga de las manos donde siempre ha estado.
Las cifras que presentan las ganancias del sistema financiero en este año
pasaron del billón de pesos. Es un gran logro, dicen los medios, dicen los
economistas, dicen los gremios. Pero para que esa cifra sea posible, es
necesario matar de hambre a miles de colombianos, sin ninguna piedad. Pero por
semejantes abismos de corrupción y de inequidad que reina en nuestro país,
nadie es cuestionado, ni por la marginalización o muerte de miles de
compatriotas.
En cabio, ya una
autoridad civil dejó en claro que demandaría a Petro para ser destituido por
atentar contra la salud de los bogotanos. Sin embargo, acabamos de leer
noticias en las cuales el interés por la revocatoria del mandato de Petro no es
del interés de sus más fuertes opositores políticos. Una paradoja, mientras la
popularidad del mandatario decrece, pero los políticos más prudentes saben que
un proceso de revocatoria de mandato es dispendioso.
2. UN DÍA EN LA VIDA DEL PRESIDENTE CHÁVEZ
Los opositores y los
medios de comunicación sensacionalistas parecen estar girando en medio de un
remolino patológico. Exigen que se diga ya en qué lugar del cuerpo está
localizada la enfermedad del presidente de Venezuela Hugo Chávez y por qué no
firma ciertas cartas, si ya murió y está momificado, si habló con Cristina o
con Ollanta Humala. En fin: equivale a decir que debe instalarse una cámara en
la sala donde convalece, pero debe también diseccionarse el cuerpo de Hugo
Chávez para que pueda observarse su estado de salud de manera directa. Porque
no parece interesar como ser humano, sino como presa de la voracidad política
de quienes en este momento están atacando los frentes de trabajo de un gobierno
que decidió redistribuir la riqueza de un país, en lugar de continuar
acumulándola en las manos de los monopolios, pero con los referentes situados
en el gran imperio capitalista.
América Latina y el
Caribe siguen mostrando cambios. Ver a mandatarios y ministros reunidos (de
Martinica, de Haití, de Bolivia, de Ecuador, de tantos lugares), cuando antes
no se tenía ese derecho fuera de la OEA, indica claramente que América está
cambiando. Y que la misma OEA por boca de su Secretario declare que la Corte de
Justicia de Venezuela tiene derecho a tomar una decisión sobre la ausencia de
Chávez, es un gran avance.
Lamentablemente, al
pueblo colombiano le hicieron creer que Chávez era un enemigo de Colombia,
“porque allá le dan refugio a los terroristas de las Farc”. La verdad es que se
trata de uno de los trucos antiguos: el modelo político de Caracas es
diferente, trabaja –aun con sus errores- sobre la valoración de lo comunitario
y la participación de un pueblo que antes era anónimo, irrelevante para las
decisiones, salvo la de ir a las urnas.
Mientras abundan los
rumores y los comunicados, los montajes fotográficos de diarios tan
prestigiosos como El País de España,
las incógnitas no se despejan. Pero no pueden despejarse de la manera casi
carnívora como los opositores esperan la noticia de la muerte de Chávez, que es
posible, pero Venezuela sabrá continuar por el rumbo –si el deceso o la
incapacidad total se dieran- de la transformación a fondo de una sociedad que
naufragó en la pobreza ocasionada por el petróleo, como ha naufragado la
nuestra en Colombia con el oro, con el carbón, con el petróleo y el ferroníquel, construyendo la opulencia
para otros, y de ñapa saqueado por la corrupción, las pensiones irresponsables
y la voracidad del capital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario